1.10.09

De vuelta

Coyoacan 4 am. Ciudad de México.
De nuevo desvelado en medio de la noche me siguen llegando mensajes emotivos de todos vosotros que han calado hondo en mi corazón.
He llegado a México con las alas rotas, esas frágiles membranas de Microcosmos que a veces me elevan y otras se empapan y no son capaces de levantar el vuelo.
Cada una de vuestras palabras las he reconstruido a modo de piezas de un puzzle de sentimientos e interiorizado para plasmar como pinceladas en un lienzo en la conferencia que di en el World Trade Center Df con un gran maestro del expresionismo mágico Mexicano Leonardo Niermann, y eché de nuevo a volar: vi en sus ojos el azul de mi padre, el reflejo de su mirada y del rio donde dejamos fluir sus cenizas para que alcanzaran el mar y así fundirse como una gota de agua en el oceano.
Os agradezco profundamente vuestras innumerables muestras de afecto, pues en una ciudad tan hostil como es el Distrito Federal -quizás la más convulsa del planeta- habéis hecho que me sintiera muy arropado y que ayer emocionara a sus gentes con las palabras que no son mías sino vuestras y las que me dejó al morir el viejo pescador.

Con todo mi cariño,
Luis