Muchas gracias por vuestros buenos deseos, apoyo (en este año complicado) y felicitaciones para el 2010. Siempre fuera de casa es gratificante tener el recuerdo y el calor de los amigos y así poder sentiros desde la distancia un poco más cerca.
Os envio unos rayos de luz y energía desde la antigua Tenochtitlan en esta itinerancia mexicana, que se va ampliando con nuevos proyectos e ilusión.
Con todo mi afecto, un fuerte abrazo transoceánico.