1.11.11

En la profunda noche

Hace algo más de dos años, el 3 de Septiembre, mi padre se adentró en la profunda noche abrazando a la luna, en una velada agitada, batiendo sus alas antes de caer rendido en los brazos de esa amante con cien nombres: Itzpapalotum, Alcumixtli, Cuatlicue y la chingada travestida de blanca luna atrayendo con su brillo las almas de los seres alados como insectos a la luz.

Al amanecer, inmóvil, abracé su cuerpo transformado en madera como un tronco tendido en medio del bosque que, inerte, se dejaba querer, sereno. Caían mis làgrimas sobre su corteza resbalando sobre las baldosas del hospital, vacío, silencioso. Noto algo extraño, creo que aún me escucha, envolviendo con hilos de seda su crisálida, preparando el vuelo.

Durante días, borracho de nostalgia, diambulé perdido por las calles del recuerdo, me empapé de llanto y las lágrimas dieron vida al árbol seco de mi jardín, que rebrotó con unas tímidas hojas, como él: discreto, elegante, silencioso, pero con una cálida presencia.

Cuántos días le seguí tras el aleteo de las mariposas que me llevaron hasta el cementerio de Coyoacán, al lado de un cerezo en flor. Allí entendí todo. Entró profundamente en mí, penetró en mi mirada, en mis sueños. Se dejaba ver tranquilo y silenciosamente desaparecía, despertándome con su ausencia y calma.

Sentía que a su manera seguía despidiéndose, que aún habitaba mi casa, me seguía esporádicamente en mis viajes, que en este Méjico atronador me guiaba pausadamente en medio de la batalla. Silbaban las balas alrededor, pero veía sus pasos,sus pisadas......

Me limitaba a seguirle hasta llegar a los santuarios de la monarca: Ocampo, Angangueo... donde volaba en medio de los espìritus libres: Papaloapan.

Volví a mi casa, a la suya y todo el pueblo le extrañaba. Yo no era sino su recuerdo. Le abracé y se hizo etereo,ya no estaba...... Sólo su aroma, cajas vacias, aquellas sandalias que a veces me conducían al río, sus gafas semienterradas por una ola de mar, todo fue un sueño.

Nunca supe si realmente habia vivido conmigo, nunca supe si era su eco, o era yo.... No volví a saber de èl. Se dejó llevar por las aguas del Eresma que arrastraron las cenizas a su pueblo natal.

Aún siento su aliento, aquí en Oaxaca (desde lo màs alto intentando aterrizar en medio de turbulencias y un diluvio), en Tlalpán, en los canales de Xochimilco, en Mixquit, tras el lamento de la llorona... Aún encuentro sus fotos de juventud en Valsain, en el Bar de los Esquiadores,llegando a la sierra blanca.



Todos los caminos me conducen a su encuentro,
ahora está todo en él, ahora que yo no veo nada.
Miro las ondas del mar en calma, miro sus huellas,
tras mis pisadas
las olas todo lo borran, sólo queda arena
tras la inmensidad del alma.

Día de muertos

‎"Para el occidental la muerte es la palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios. El Mexicano en cambio, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor más permanente."

Octavio Paz, El laberinto de la soledad.



Aquí, en Oaxaca, se hacen grandes celebraciones. Se adornan los pantheones de flores y todo tipo de ornamentos y calaveras por todos los restaurantes, museos, etc. Es todo un ritual, pues "en un país como México donde todo está en tu contra, solo puedes fiarte de la Muerte"

Mitla (Mictlan o Lugar de muertos en náhuatlLyobaa o Lugar de descanso en zapotecoÑuu Ndiyi o Lugar de muertos en mixteco) es una zona arqueológica localizada en el estado mexicano de Oaxaca. La ciudad se localiza a 40 km de la ciudad de Oaxaca, y a mas de 600 km de la Ciudad de México.

Sólo se muere en el olvido...

27.9.11

Trilogía

por Rodrigo Gonzalez Martìn.



Hemos seguido por la prensa, por Internet, su gran y exitoso periplo mexicano en Morelia, Queretaro, Guanajuato, San Miguel de Allende, Mérida, Guadalajara. Y aún tiene próximas citas en Oaxaca y en Monterrey para el próximo otoño. Así que la exposición en Riaza es una suerte para los ojos y la memoria, para la amistad y la palabra fácil que nos regala L. Moro.

La obra de L. Moro crece en cantidad, porque sigue siendo un trabajador incansable, y sobre todo en calidad, porque es ya una obra madura, coherente, fiel a sí misma, sin ceder a presiones caprichosas o tentaciones suculentas. Moro no pierde su identidad formal ni temática. Su dibujo es exquisito, cuidado, fundamental, cada vez más decantado y esencial, con una soltura y elegancia soberbia, aporta la fuerza y síntesis que sale de las ideas clarividentes y de la mano suelta y entrenada. Y el color, sutil y contenido, es cada vez más diáfano y transparente, libre de pesos y manchas que en otro tiempo daban a sus obras consistencia y dramatismo, fuerza y referencia. También el color tuvo su "catarsis" y ahora vemos en continuidad el logro del "elemento líquido" que descubriera en la exposición de 2008 en la galería Dolores Sierra de Madrid. La luz se hizo translúcida como hipocampo.

Pero la pintura de Luís Moro siempre ha asumido el reto de contarnos una historia, de ser soporte de un relato, nunca se ha agotado en formalismos cerrados. Crea a lomos de los grandes relatos míticos y su obra es una constante metamorfosis de razones y pasiones, de azules y transparencias, de pegasos y hormigas. Con admirable coherencia e inevitable desbordamiento va creando su micro-macro-cosmos, su hipocampo, su bestiario, repleto de metáforas y microorganismos, de tormentas y magias, de arenas y de aguadas. Pura zooilogía (1998). La obra de L. Moro es un complejo y riquísimo diálogo entre santos y laicos, ángeles y demonios, peces y almas. Luces y sombras. Sacrificios y metamorfosis. Ídolos y tótemes. Tauromaquias y columnas que sostenían el poder S.P.Q.R. Neobarroco e hipermoderno. Mitreo y los elementos simbolizados. Hasta llegar a la firmeza del Reflejo en Castres, Nimes o La Granja (2008). Nos sostenemos en la casi nada, columna evanescente de agua que soporta y refleja, a la vez, nuestra identidad dispersa, nos viene a decir Luís Moro. Por eso necesitamos reforzar los relatos, como reflejos. El arte propone una narración, los datos emergen en cada cultura, europea o precolombina, y desvelan un significado poderoso que en buena medida es universal.

En la galería Fontanar L. Moro nos enseña "Trilogía" (2008 - 2011), con obras procedentes de sus últimas colecciones, "Reflejos", ya vista en La Granja, antes en Castres y en Nimes, y "Papaloapan" ("Río de mariposas") y "Xoloitzcuintle", expuestas en el Museo Macaz en Morelia (México).

En óleos, técnicas mixtas, acuarelas, grabados monotipos, L. Moro intenta reflejar, de la tauromaquia en el laberinto cretense al valle de los dioses en Michoacán, la simbología que da vida y sentido a nuestros miedos y proyecciones. Moro hace arte transcultural, con una pretensión pedagógica y crítica, creativa y comprometida, integrando las imágenes microscópicas de los "Paraísos elementales", al reciente trabajo sobre la mariposa monarca como símbolo de la vuelta del espíritu para los pueblos Purépechas, que muestra en su serie Papaloapan, macrocosmos de seres alados y espíritus libres que, traspasando las fronteras norteamericanas, hacen alarde de la energía imparable de la naturaleza, como visión animista de la cosmogonía mesoamericana.

Color, vuelo, migración, resistencia, fragilidad, reencarnación, metamorfosis. Tributo y memoria al padre. Arte ecológico. Y en la serie Xoloitzcuintle rinde tributo a una raza canina de genética tan especial como de profunda simbología en la cultura hopi. El término xolotl conlleva varios significados, pero todos relacionados con lo divino, que comúnmente era asociado con figuras monstruosas El Xoloitzcuintle, también llamado perro azteca, acompañaba a las almas de los difuntos cuando viajaban al Mictlán, el inframundo, gozaba de atributos mágicos protectores y sanitarios, debido a esto era considerado sagrado por los aztecas, manifestándose esta adoración en muchas representaciones escultóricas y pictográficas.

La obra de L. Moro, compleja e integradora, ambiciosa y exigente, experimental y experiencial, absorbente y contagiosa.

12.4.11

6.2.11

La grandeza de lo pequeñamente infinito

Nayarit fotografiado por Luis Moro







Luis Moro llegó de Segovia a México en marzo del 2009. Desde entonces, y sin estar seguro de que su producción fuera bien recibida, inició una cruzada por entrar en las salas de exhibición de los Museos nacionales de la Repùblica. Sutil y constante, las diversas muestras que ha conseguido son prueba de una experiencia que continúa viva: una positiva simbiosis del artista con el entorno de un país que de alguna manera, o más bien de muchas, le está haciendo suyo. Diversas ciudades (Morelia, Querétaro, Guanajuato, San Miguel de Allende, Mérida, Mazatlán, Guadalajara, San Luis Potosí, Zacatecas, Monterrey, Ciudad de México) son parte de un largo periplo que permite conocer trabajos donde el artista nos pone en contacto con mundos cercanos y desconocidos. Como un insecto que ha entrado a la casa, sus obras revelan la grandeza de lo pequeñamente infinito.

Hubo un tiempo en el que los animales tuvieron incluso un carácter divino. Sencillas y mínimas, las pinturas rupestres explican al hombre en su relación con el entorno que le rodea. Esas piezas hablan de cierta la universalidad: texturas y estructuras que construyen y conectan con un valor de la naturaleza como la fuerza y el origen de donde vivimos. El hombre, entre más sofisticación, le ha relegado a un segundo plano, un desequilibrio que se refleja en la sociedad y que olvida que el mundo de los seres vivos constituye por si mismo un conjunto de paraísos elementales desde donde cada organismo se desarrolla.

¿Fascinación, admiración, curiosidad? Con una perspectiva creativa, el realismo orgánico de Luis Moro subraya la importancia de mantener un vínculo con estos paraísos como metamorfosis de lo pequeñamente infinito. Moscas, mariposas, avispas, libélulas son capturados en la representación pictórica con lo cual el artista fija, abre, despliega, articula e invierte la estructura de un mundo microscópico. Aquí el trabajo con el pincel funciona de lente de aumento, singular herramienta que hace conciente lo prácticamente invisible. “Son los insectos los que viene a mi estudio” dice el artista, quien magnifica en este acercamiento evidentes verdades: la destrucción implacable y ciega de animales y entornos, de vidas y formas; y también, de su transformación y tránsito.

Pero los animales son un pretexto para hablar de otras cosas. Las formas y los fragmentos, cualquier pequeño detalle que construya su obra, compone formas de vida en reflexiones suspendidas en la existencia de los trazos. Más allá de exponer su obra, en México, Moro se ha integrado en este país en una búsqueda por otros paraísos, compromisos y libertades creativas. Por ejemplo, en Michoacán fue directamente al encuentro de las mariposas monarca que se tradujo en el proyecto “Papaloapan”, singular exposición que ha comenzado a viajar por diferentes lugares de México al igual que otras de sus muestras.

Como a un insecto, su camino le lleva ahora a transitar por todas las fronteras, artísticas y materiales, para moverse en un país ahora sin fronteras, un cuarto sin paredes en el que ha entrado.

Eliseo de Pablos
Publicado en la revista Arte al día

6.1.11

Rebeldes por amor


Cuando María Zambrano hablaba de los poetas -palabras que considero extensibles al resto de los que dedican su vida a la creación artística- decía cosas como que éstos son unos rebeldes por amor porque la razón no explica ni la vida ni la muerte y que aquellos, para entenderlas, son capaces de descender a los infiernos y lanzarse a la "embriaguez y canto; canto, panida, pánico, melancolía inmensa de vivir, de desgranar los instantes, uno a uno, para que pasen sin remedio".

El artista es consciente de que el dios, "al infundirse en el alma humana, la saca de sí, la hace danzar en una metamorfosis liberadora; le da, en suma, el don de la expresión, la embriaguez -furia y olvido- para que se atreva a expresarse". Entonces "el mundo surge ancestral, las formas primigenias de todo lo creativo y destructivo [...] traen una verdad que enloquece [...]: la muerte comparte su morada con la vida".

María Zambrano: El hombre y lo divino.

22.11.10

Entrevista en la revista Mantaraya

Luis es un hombre conversador, rápidamente quería saber detalles del tema que más cautiva a los extranjeros: El narcotráfico y la violencia en Sinaloa que en los últimos años es un capítulo ro mántico en la sociedad mazatleca; todos los días se habla de este ítem. La violencia en nuestro país es un tema que seduce a propios y extraños por todo el desplegado mediático y la representación física a través de los asesinatos, una analogía sería una canción ranchera de dolor, cuando la escu chamos nos remueve heridas que nunca cerra rán, este fenómeno es así: una gran fractura social que nunca soldará y una situación que preocupa a artistas locales y extranjeros.

Moro, es un trotamundos, parte de su análisis y discurso se basa en el método comparativo pero sustentado en una apreciación y respeto a esa di versidad y pluralidad del contexto “macro” que va palpando e involucrándose con la observación de esos elementos culturales, sociales, políticos y sobre todo los naturales que plasma en sus “Mi croscomos”.

Tiene un año y medio viviendo en México y ha visitado diversos países, estos viajes le han servido de referente para darnos una explicación de las similitudes y diferencias entre la mafia italiana, ma rroquí y mexicana, cualquier día quizás dibujará o pintará algunos moscos comiéndose los unos a los otros en un cuadro aludiendo al problema del narcotráfico.

La fama y el prestigio no lo han hecho perder piso. Es sencillo y de actitud humilde, cualidades que no le permiten dormirse en sus laureles. Y así tra bajando como hormiguita, estaba ultimando de talles de su obra en la Galería Florencia Riestra.

Detrás de la pintura de un mosquito estampado y provocador hay algo más, para Luis Moro repre senta “Una sociedad que diariamente está cam biando, pero también una, donde constante mente nos estamos estrellando. Vamos camino a estrellarnos de manera global y acabará el fin de un ciclo, como decían los mayas, no es el fin del mundo, pero sí el fin de una era. Vamos a una velocidad desorbitada y la humanidad acabará como los insectos: estrellados en algún vidrio, en realidad, para este universo somos unas hormigas”. Y efectivamente me sentía un formícido más contento, tenía los referentes leídos previamente de las páginas electrónicas donde dis currían algunos temas sobre la obra de Luis Moro y había interactuado con la obra. Estaba lista para entrevistar.

Moro, se dedica a la pintura desde los trece años de edad, autodidacta y su vinculación se la debe a su ciudad natal. “Hay dos ciudades en España que tienen una panorámi ca increíble: Una es Granada y la otra es Sego via, mi relación con la pintura empieza con el paisaje y el hecho de salir a pintar al aire libre, ayudó a mi contacto con el mundo animal, “Los microscosmos’ o “Microuniversos’ (Es el nombre que se le da para representar a la vida microscópica frente a las grandes estructu ras, desde una célula hasta las galaxias) desde el año dos mil vengo pintándolos.” Paramos un momento para ordenar, yo pedí una gordita de nopal, el pintor de carne deshebrada.

Y mi primera curiosidad era saber ¿Porqué lo había atrapado el mundo de los insectos?, siempre se nos dice desde niños que algunos son feos y peligro sos, que tengamos cuidado y le lancé la pregunta -"Mi interés por el mundo animal, se da cuando me voy a vivir a un pueblo de Castilla y lo único que había eran insectos, me parece que es un animal que en toda la historia del arte no se ha valorado ni tomado en cuenta, el setenta por ciento del reino animal son insectos y quería conocer este país por esa variedad y toda la representación que tienen en las culturas prehispánicas”.

En mi cabeza rondaba la hipótesis sobre los fondos que utiliza y para comprobarla pregunté “¿Por qué manejas fondos blancos?” -“Me quedo en lo esencial por eso mis fondos son blancos, no me interesa de corarlo, me voy a lo primario del ser vivo, yo de pequeño jugaba mucho con el microscopio y después de treinta años en la pintura, resulta que me regreso al origen, a la niñez. La obra de cualquier creador es muy autobiográfica, me gusta mucho lo que engloba lo “micro” y el “macro”, lo que encierran las miniestructuras universales se reflejan en lo macro, estoy pin tando la energía de la vida, la metáfora de la muerte, la mosca es una excusa para hablar de estructuras universales, el drama que está vi viendo un país”. La comprobación afirmativa de mi idea, quedó corroborada con la respuesta.

El cuadro que me impactó en Nigromante fue “mi crocosmo número IX”, tenía sentimientos encontrados me provocó impotencia al ver el caos que proyectaba, hasta cierta familiaridad por la violencia que pude percibir, me remontó a mi Sinaloa, com partí está idea con Luis y me aclara que se inspiró en Palestina “Porque un insecto puede ser como un país, porque somos como hormiguitas que se están desquebrajando.”

Luis es también una estructura comunicativa, acompaña sus frases con el movimiento de mano izquierda, sus ojos y agrega “Mi obra es una me táfora, sobre el hombre, la vida y el final de un ciclo, tiene una parte de conciencia ecológica, al tratar de ver el mundo de estos seres, que los comparo con nosotros y tienen una importancia fundamental en el equilibrio del planeta, una re flexión para ver un ser minúsculo, en una guerra hablamos de víctimas pero no pensamos en el desastre ecológico”, frase que me hizo pensar en el derrame petrolero del Golfo de México.


Revista Mantaraya
M.Felix Ragoyza
Mazatlàn,Sinaloa 2010

10.11.10

Entrevista en 3d2

Aquí tenéis la entrevista a Luis Moro publicada en la Revista de la Barra de promotores culturales 3d2 con motivo de las exposiciones en Guadalajara y Jalisco en el mes de Noviembre.

14.10.10

Enhorabuena a Segovia 2016

"Enhorabuena a Segovia por su paso a la siguiente fase para la Capitalidad Europea de la Cultura 2016. Deseo profundamente que este estímulo sirva para fomentar el gran potencial de nuestra ciudad, la cultura y el arte, no sólo a través de su historia rica en contenidos y representaciones en el pasado, sino enfocado principalmente a su presente y prometedor futuro a base de potenciar a sus actores, músicos, literatos y artistas, que ejercen de embajadores culturales a nivel nacional e internacional. Y es que cada vez somos más los segovianos por el mundo que a través del teatro, el cine, los títeres, la pintura, los deportes, etc., esparcen la semilla de esta ciudad romana por los cinco continentes.

Ahora, en el marco de la FIl, la Feria del Libro de habla hispana más importante de toda Amèrica, habrá diferentes artistas de nuestra ciudad que representando nuestra región en México llevarán también el nombre de Segovia a través de su arte. Yo en particular he hecho el esfuerzo en mi itinerancia por el pais Azteca de hacer coincidir en Guadalajara mi doble exposición para sumarme a la causa, así como en unas conferencias sobre promoción y desarrollo cultural que tendré próximamente en la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México, pues nuestra cultura suscita verdadero interès en este continente donde nuestra lengua es hablada por millones de personas y nuestro trabajo es recibido con verdadero interés. Más ahora durante este importante evento internacional, pues Castilla y León es la cuna de nuestra lengua, y Segovia, con el Sinodal de Aguilafuente, la tierra del primer libro impreso en Castellano. Por eso la cultura una vez más será nuestro caballo de batalla.

Desde la antigua Tenochtitlàn mis felicitaciones a las instituciones, medios de comunicación, organizaciones, voluntarios y entusiastas que han contribuido a subir este primer peldaño con todo mi cariño a la ciudad que llevo dentro en todos mis retos y viajes: amigos, familia y en mi corazòn Papaloapan (rio de mariposas), un homenaje a mi padre. Desde la otra cara de la luna a todos los segovianos por un prometedor 2016!"

Luis Moro
(Publicado en El Adelantado de Segovia)

Los humanos estàn divididos en diferentes clanes y tribus y pertenecen a paises y ciudades.
Pero yo soy extranjero en todas esas comunidades y no soy de ningùn lugar.
El Universo es mi pais y la familia humana mi tribu.
Alabo el lugar donde nacì y anhelo ver el hogar de mi niñez,
pero si los habitantes de aquel hogar se negaran a cobijar al viajero,
entonces convertiria mi alabanza en diatriba y mi anhelo en olvido.
....Amo mi ciudad natal con el mismo amor con que amo a mi pais,
y a mi pais con el mismo amor que siento por la tierra,
que es mi patria de extremo a extremo,y amo a la tierra
con todo mi ser porque ella es el cielo de la humanidad...

Khalil Gibràn